domingo, 25 de abril de 2021

Eterno Resplandor de una mente que no puede olvidar II

Anoche soñé contigo. Soñé con aquella noche en la que todo se quebró y me soltaste que ya no me querías.
En mi sueño era todo distinto, el alcohol nos ayudaba a soltar el cuerpo y no la tristeza, así que en vez de abandonarme me besabas entera, en vez de deshacer este amor lo construíamos un poquito más a base de mordidas.
Qué jodido perderte, mi amor, qué terrible tener que despertar cada mañana sin saber si tú pensaste en mí antes de dormir. 
Nunca pensé que algún día deseara borrarte de mi memoria para que dejaras de doler, para que dejaras de calar en el alma, pero qué se le va a hacer si tus ganas ya no existen, si tu mano ya no anhela acariciar mi cintura. 

Te amo, pero me amo más a mí.
Así que hasta nunca, mi vida, hasta siempre, mi amor, yo también cierro con candado la puerta de ese lugar al que me gustaba llamar hogar pero no era más que tu recuerdo en mi cabeza. 

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